."...no creo en casi nada, que no salga del corazón"
La primera vez que escuché acerca del trabajo de Fito Páez fue a principios del año 1989 y estaba relacionado con una serie de conciertos que con motivo de la toma de posición del para entonces recién electo (por segunda vez) presidente de Venezuela Carlos Andrés Pérez para lo cual se habían organizado una serie de conciertos denominados conciertos por la concertación, una especie de llamado a la unidad nacional y todos los sucesivos bla, bla que se corresponden con un acto político populista de masas. Estaba entusiasmado porque para tales conciertos estaban invitados varios consagrados latinoamericanos y en las cosas que podía leer en la prensa al respecto aparecía un flaco desgarbado de quien solo comentaban que había tocado alguna vez había tocado en la banda del gran Charly García.
No pude asistir a ninguno de los conciertos programados y un año después estaba instalado en otra ciudad y formando parte de una comunidad universitaria cuando comenzaron a aparecer por ahí unos afiches que promocionaban un concierto titulado Hecho en América y en donde se presentarían Charly García, Fito Páez, Sentimiento Muerto y una banda local sin mayor trascendencia llamada Fusión. Era un concierto que en principio se presentaría en el poliedro de Caracas y un par de días después llegaría a Barquisimeto. Por esos días no existían muchas emisoras radiales de Frecuencia Modulada y las que existían se mostraron generosas (al menos para mi) con el concierto y trasmitían una buena rotación con los artistas que se presentarían en el concierto, con lo cual pude escuchar parte del trabajo de aquel flaco desgarbado llamado Fito Páez.
Esta vez si pude asistir al concierto y aunque no se porque razón Charly García no se presentó, quedaban las expectativas con el otro argentino invitado a la fiesta. Me impactó mucho el contraste entre un par de temas Solo los chicos y Yo vengo a ofrecer mi corazón, pero lo que mas me sorprendió era el hecho de que el cierre del concierto lo reservaran para Sentimiento Muerto y más aún el hecho de que Fito saliera un par de veces para acompañarlos primero en la percusión y después en los coros con una gorra rojo del equipo Cardenales de Lara y una botella marrón de cerveza Polar (mas tarde me enteré que el propio Fito había producido el primer disco de esta extraordinaria agrupación venezolana).
A partir de entonces comencé a seguirle la pista al trabajo de este personaje. Supe entender de su inocencia en Del 63, de su entrega en Giros, de su búsqueda en Corazón Clandestino, de su complicidad en La, la, la, de su rabia en Ciudad de Pobres Corazones, de su fuerza en Ey!, de su compromiso en Tercer Mundo, de su enamoramiento en El Amor después del Amor, de su talento en Circo Beat, de su virtuosismo en Euforia, de su singularidad en Enemigos Íntimos, de su madurez en Abre, de su paternidad en Rey Sol. Lo he visto mezclarse entre otras voces, discos y letras con Charly García, Luis Alberto Spinetta, Juan Carlos Baglietto, Fabiana Cantilo, Celeste Carballo, Joaquín Sabina, Pablo Milanés, Mercedes Sosa, Luis Eduardo Aute, Caetano Veloso, Los Paralamas, Maria Elena Walsh y muchos otros. En fin, hace rato que Fito se metió entre mis discos y cada nueva producción la sentido acoplada a los tiempos que voy llevando con la vida, y a pesar de que ahora escucho varias veces y con la mayor de las voluntades su Naturaleza Sangre aún no he terminado de comprender esta producción, no logro encontrar como participar de sus temas, no sé leer sus líricas, no lo encuentro o no me encuentro en este disco, pero hay tantas cosas en las propuesta de este flaco (incluso mas allá de su música, ya por ahí se aventuró a producir y dirigir un película) que bien vale la pena mantenerse en el intento, atreverse a la búsqueda desde otras perspectiva y dar el puntapié a los viejos moldes.
La última vez que lo vi fue en los finales del año 1999 en un concierto realizado el Teatro Teresa Carreño y como hacía diez años atrás de nuevo había algo vinculándolo a Sentimiento Muerto, esta vez era su tributo a capella ofreciendo su corazón para quien entonces recién había fallecido Cayayo, guitarra e imagen inseparable de esa banda.
He escuchado un montón de cosas y juicios acerca de la vida y obra de Fito que incluso podrían resultar interesantes de revisar pero por ahora solo quisiera dejar un aplauso al talento musical de este Latinoamericano de la actualidad